MARTE ATACA: RESEÑA DE “MARCIANO, VETE A CASA” / Ezequiel Saúl

 

Marciano, vete a casa es un libro bastante único y particular: es una novela de ciencia ficción con mucho humor, algo muy poco explorado en el género. Se publicó por primera vez en 1955, pero, como demostraré en esta reseña, estaba adelantada a su época.

Antes de hablar del libro quiero hablar de su autor: Fredric Brown. Si bien esta es una novela, Brown se especializaba en historias cortas, muy cortas, de entre una y tres páginas. Historias que él vendía a varias revistas de relatos de la época (en los años ‘50, en Estados Unidos, eran muy comunes las revistas que reunían y publicaban historias cortas) y que le permitían vivir de su escritura. Y si bien escribía en distintos géneros, los que predominan entre sus obras son el policial y la ciencia ficción, los más populares de ese momento. Pese a manejar estos géneros totalmente disimiles, se podría decir que todos sus cuentos tienen algo en común: la originalidad. Sus premisas son muy buenas y sus finales sorprendentes, todos tienen un giro inesperado o una idea nunca antes vista. Muchos puede que nunca hayan oído nombrar a Fredric Brown, yo apenas lo conocí hace dos años y sin embargo me ha sorprendido encontrar que es considerado un gran autor, que fue elogiado por Phillip K. Dick y Stephen King, entre otros, además de ser ganador de innumerables premios.  

Luego de esta introducción vamos a hablar de su novela más popular, Marciano Vete a Casa. Su protagonista es Luke Devereaux, un autor que alcanza el éxito escribiendo novelas de cowboys y de ciencia ficción por encargo para una editorial. Un día, se está preparando para escribir su próxima novela sobre una invasión de marcianos, cuando de repente, uno se materializa frente a él. Está invasión ocurre a nivel global y los extraterrestres sólo tienen un objetivo: molestar a los humanos. Ellos pueden teletransportarse con solo desearlo, son intangibles por lo que no se los puede atacar. Interrumpen espectáculos públicos y situaciones privadas por igual, todo es válido para ellos. A partir del momento en el que aparecen es que la novela cambia un poco y se vuelve una historia más coral: si bien seguimos pendiente de la vida de Luke, también se centra en las desastrosas consecuencias de esta invasión y de cómo afecta la vida de todo el mundo. Para el final, nos cuenta sobre tres personas distintas: cada una, ignorante de las otras dos va a probar algo para deshacerse de los marcianos. Las tres lo intentan simultáneamente y algo funciona, dejando un final abierto en el que no sabemos quién fue el responsable del éxito. En la edición que yo tengo, la azul y plateada de la Biblioteca Ciencia Ficción de la editorial Hyspamerica que se consigue muy fácil en librería de usados, tiene al final una breve nota del autor que le obligaron a escribir explicándonos el final y quién fue el que había tenido éxito. Así de adelantado a su época estaba Fredric, tan adelantado que sus editores no podían concebir que terminara su novela con un final abierto. Como se habrán dado cuenta por la breve sinopsis, Marciano, vete a casa tiene mucho humor. Algo bastante único para el género y del que sólo se me ocurre otro autor que decidió explotarlo: Douglas Adams con su Guía del autoestopista intergaláctico. El libro de Brown está lleno de ideas originales y divertidas, ya desde su título que es una parodia a la frase “Yankees go home” pasando por la trama y por cómo la aborda. La novela es bastante corta y se lee rapidísimo, además se consigue muy fácil y muy barata en librerías de usados. Si quieren pasar un buen rato, no duden en leerla, van a encontrar una gran historia y a conocer a un excelente autor.

Marciano, vete a casa. Marte ataca de Fredric Brown
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